Cientos de personas salieron este domingo a las calles de Tijuana, ciudad del noroeste de México fronteriza con Estados Unidos, en dos manifestaciones antagónicas: una a favor y otra en contra de los centroamericanos que arriban en una caravana migrante que partió de Honduras.
Ondeando banderas de México, unas trescientas personas gritaban "¡No a la invasión!", mientras se congregaban en una de las avenidas más importantes de Tijuana.
"La mayoría de las personas aquí dependemos mucho del negocio, y de ir y venir en la frontera, y si la cierran por causa de ellos que quieren cruzarla a la fuerza, nos van a afectar en economía", dijo a la AFP Esther Monroy, una habitante de Tijuana de 58 años.
"Yo no dudo que vengan familias, gente necesitada, pero la mayoría son gente de las maras (pandillas) que comete delitos. La prueba está en la violencia con que entraron en el país" forzando las puertas de la frontera con Guatemala, añadió.
Tras salir el 13 de octubre de San Pedro Sula, en Honduras, más de 3.500 centroamericanos –en su mayoría hondureños- han llegado a Tijuana, su última escala antes de intentar cruzar a Estados Unidos.
Un estimado de 3.000 se encontraban aún en camino, a la altura de la cercana Mexicali.
Muy cerca de la movilización contra los migrantes en Tijuana, una decena de personas con pancartas blancas se manifestaban en defensa de los centroamericanos.
"El muro más grande es el rechazo", "Violencia crea más violencia", "No discrimines", son algunas de las leyendas rodeadas de corazones que mostraba el contingente, más reducido en tamaño que sus antagonistas.
El conservador alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, ha pedido que los centroamericanos sean expulsados alegando que "llegan en un plan agresivo, grosero" y propuso una consulta ciudadana sobre el tema.
"No todos los tijuanenses tenemos el mismo punto de vista. Todos somos hermanos", dijo Karen Domínguez, una estudiante de 26 años, quien dice vivir cerca de un albergue para migrantes.
"Llevan tres días cerca de nosotros y no hemos tenido ningún inconveniente, se portan bien, son familias con niños", asegura.
Para ella, "la gente se está identificando con el discurso antiinmigrante de (el presidente estadounidense Donald Trump) sin tomar en cuenta que muchos mexicanos están en esa situación en Estados Unidos".
Tras acusar a la caravana de buscar una "invasión" contra su país, Trump dispuso el envío de hasta 9.000 soldados a su frontera sur.